
Ve a decirle a la paloma que no ha sido decisión mía. Dile que desafíe a los números, y tal vez así, algún día, logrará encontrar su palomar.
En un salto atemporal de esa extraña esencia que llamamos mente, regresó a mi conciencia en este particular momento un principio matemático formulado por el gallego Dirichlet (primo hermano del gallego Schroedinger, según dicen).
"Si n palomas se distribuyen en m palomares, y si n > m, entonces al menos habrá un palomar con más de una paloma" o bien, "Si n palomas se distribuyen en m palomares, y si n > m, entonces al menos habrá una paloma que se quede sin palomar".
Durante años, aprendí a odiar a los matemáticos por sus exhaustivos esfuerzos de demostrar un fenómenos evidente. Pero en un pensamiento que fácilmente podría ser confundido con activismo palomar, me pregunto: ¿A donde diablos van las otras palomas?
Pobrecita paloma sin palomar. Lo más probable es que también merezca su lugar, pero cuando escogió volar, otras n-1 palomas decidieron lo mismo. Y ahora está condenada a seguir volando en un abismo esperando tal vez que, algun dia, aparezca un nuevo palomar.
Supongo que esta temerosa y excitante situación no sería una aventura si hubieran mas palomares que palomas. Que mal uso de los recursos palomos sería. ¿No?