domingo, diciembre 16, 2007

Elevacion

Las luces se apagan y contemplo el arte de combinar los sonidos. El tic tac del reloj ralenta y pierdo la noción del tiempo. Cruzo las piernas, siento que mi cuerpo se quiebra y el espacio se funde a mi alrededor. Mi perspectiva sale de mi ojo, veo la silueta de un hombre inmóvil y gradientes de colores que contrastan con la uniformidad del medio.

Quiero cambiar el color. Busco simetría, invariancia ante iluminaciones. Percibo temor, una lucha inminente, el color contra el no color. Lucho contra mi lucha. Pierdo la necesedad de simetría, y luego la obtengo.

Los colores comienzan a fundirse, desde afuera y hacia el centro. Alcanzo una perspectiva ilimitada y veo mis limitaciones. Concibo una guerra secreta retroalimentada entre hombre, entre mujeres y entre objetivos.

Me elevo aún más hasta sentirme en el fondo. La música ya no suena, resuena. Pierdo los sentidos, dejo de ver, dejo de oir. El color es homogéneo y la silueta resalta en el medio.
No la veo, no la necesito ver.

Los hombres han dejado de ser hombres. Las mujeres han dejado de ser mujeres. Los objetivos han dejado de ser objetivos. Me he elevado. Ahora yo soy yo.

martes, diciembre 11, 2007

Sobre la posibilidad de cambiar el pasado...

Si un hombre tiene la posibilidad de viajar en el tiempo, podría viajar al pasado y matar a su propio abuelo antes del nacimiento de su padre. Si su padre no nació, el tampoco nació, y si él no nació, ¿Quién mató a su abuelo?

Paradoja básica sobre viajes en el tiempo

Estaba pensando en la paradoja de lviaje en el tiempo, pero desde un punto de vista antiparadójico, por contradictorio que suene. Supongase que le digan a usted, lector de mente pulcra... que cambie un suceso a elección, un punto en el espacio de configuración que involucre al espacio tridimensional y al tiempo mismo. Digamos que le exhortaran a modificar este evento arbitario y que luego repare todas sus consecuencias.
Yo creo que la paradoja es formulada por la imposibilidad del ser humano para asimilar esa fina estructura fractal.
Hay quienes solicitarán permiso (o no) para disentir acerca de esta imposibilidad. No se preocupe, se lo permitiré.
Mas lamentablemente insisto que son sus ojos los que no tienen suficiente resolución. O tal vez será precisión?
Bah, no me importa discernir sobre su existencia.

"Sea una existencia..."

Me importa su estado, un ejemplo sencillo sería considerar dos posibles estados: prendido o apagado. ¿Cuántas lámparitas tendría la red fractal del tiempo? ¿Y de cuántos tamaños distintos? Vale, vale, tal vez esta apreciación se acerca a una teoría del caos. Porque reemplazar una sola lamparita cambia la señal de salida. Siendo la salida el nodo de la red que se fija como punto de apoyo para medir, comparar. Continuando con la analogía nodal se observa una limitación en el número máximo de puntos fijos que se pueden tener sin cortocircuitar la red.

Piense entonces en como rediseñar la red una vez cambiado el estado de la lamparíta. Tenga en cuenta que una solución completa del problema abarcará cualquier nodo disponible. Seguramente, querido lector, usted no podrá resolver este problema. Tampoco piense que una máquina podría hacerlo puesto que el problema no es el tiempo que lleva reparar el tiempo, valga la ironía, sino nuestra concepción de lógica bidimensional del tiempo como una red. La misma concepción que le transmitimos a una máquina.
Tal vez algún día las máquinas aprendan a crear sus propias ideas sin temor a contradecir a las grandes maquinarias del pasado. Pero por ahora tenemos que contentarnos con nuestra propia independencia.

¿Existirá algun ente que sea capaz de matar a su propio abuelo?
Tal vez la pregunta este mal formulada, y la propia implicación de existencia elimine todo tipo de parentesco. O tal vez la acción de matar carezca de sentido ante quien ve los relojes antihorarios.
Una linea de razonamiento similar terminará eliminado los signos de interrogación de la pregunta y si me descuido, hará lo propio con este relato, asi que no ahondaré más al respecto.

Me contento con haber dejado abierta la discusión sobre las consecuencias de un cambio en la historia. No llego a ninguna conclusión categórica ni a la matemátima necesidad de decir "he probado..." . Tampoco intuyo que exista un ser capaz de cambiar todas las lamparitas a la vez. Pero cabría preguntarse. ¿No? ¿Y si existiese tal ser? (En el concepto intuitivo de existencia, claro está.)
Quiero concluir con una historia que me contaron una vez cuando era chiquito...


Un campo de hortalizas se veía afectado por una terrible sequía que se prolongó por semanas. Si la sequía continuaba un día más toda la cosecha se perdería. A las 11:59 Pedro salió de su casa y miró el cielo despejado con aire desanimado. Mientras tanto, en el laboratorio climatológico observanan la precipitación en un globo aerostático sobre la estratósfera. El climatólogo miró los instrumentos y no detectó ni una gota de lluvia.
Concluye soberbiamente que en los próximos dos minutos no caerá ni una gota al suelo puesto que desde el detector hasta el suelo una gota de agua tarda dos minutos en caer.

A las 12:00 Pedro eleva sus manos y recita una plegaria, pide por la salud de sus hijos y del futuro del ganado, implora por lluvia.

A las 12:01 cae una gota de lluvia y comienza un temporal que salva la cosecha.
El climatólogo sorprendido por la lluvia, revisa sus mediciones, se había equivocado, el detector mostraba presencia inminente de lluvia. Se sorprendió, se sintió confundido.
Lo que resultaba particularmente extraño puesto que él nunca se confundía. Se había equivocado. ¿Se había equivocado?

¿Ocurrió una coincidencia perfectamente explicable con la ciencia y la lógica que dominamos hoy en día?
¿O un ente externo a este espacio de configuraciones cambió el pasado y modificó todas sus consecuencias sin dejar anomalía?

Tal como dije antes, no intento responder nada sino que tan solo me divierto preguntando.


jueves, septiembre 27, 2007

El pacto mas terrible

A donde quiera que la razón mirara veía gradientes de luz. El recinto era un arco iris de colores. Cada chapoteo se traducía en una longitud de onda perceptible. Lo que no era verde podía quemarte o atravesarte. Entonces la razón entrenó su percepción, sin guiarse de los entes contrincantes, estudió cada color y aprendió su significado.
Transcurrió un intervalo atemporal y la razón aprendió a dibujar colores. Cada evento de un futuro posible quedó registrado en una pintura cuadrimensional en el recinto de la mente.
La razón extendió sus manos y se concentró. Sus ojos perdieron cualquier color concebible y las imágenes de diferentes épocas aparecieron ante ella.

Se vio inmersa en una batalla milenaria librada por entidades que nunca había visto. Una bestia de aspecto felino doblegaba a sus adversarios hundiéndoles su garra en el pecho. Se percató de la presencia de la razón y corrió hacia ella.

La razón perdió la concentración. Asustada, regresó al estado natural, pero la bestia la siguió.
Comenzó a correr escapando de las estampidas amenazadoras del monstruo, y se dirigió hacia el lugar donde la Fe y el instinto continuaban peleando.
Ambos entes se volvieron hacia la bestia, levantaron sus brazos y comenzaron a invocar contra ella. La bestia dudó y quedó paralizada ante la indecisión. Con una mano los entes detuvieron a la bestia y con la otra continuaron peleando. La razón se levantó y gritó que se detuvieran. No le hicieron caso.

Pensó en las palabras que detendrían a la fe y al instinto. Mas no pudo encontrar la combinación
que detenga a ambos al mismo tiempo. Se concentró nuevamente buscando palabras en otras épocas, inclusive en futuros que aún nadie recordaba. Cayó en un escenario en el que proliferaban gritos de horror y angustia. Huyó de él invocando otro intervalo atemporal, pero parte del horror y la angustia volvieron con ella. Expulsó tales pensamientos y se materializaron como una nueva bestia que comenzó a atacarle con el mismo ímpetu que la anterior.
El instinto y la fe detuvieron nuevamente su batalla y usaron ambas manos para detener al par de bestias. Una vez paralizadas comenzó una guerra de juramentos. Y la razón descubrió que las palabras también dolían.

Huyó hacia un mundo de silencio y solo encontró oscuridad. Regresó rápidamente y con ella una sombra oscura que se transformó en la tercera bestia.
Los entes detuvieron por tercera vez su batalla y ya no pudieron frenar a las bestias. Comenzó una escaramuza estable entre zarpazos y fintas, entonces el instinto habló:
-¿Qué está pasando? ¿De donde salen las bestias?
- La razón las está trayendo - Contestó la Fe
- ¡Pues que las deje de traer!
- No sé que está ocurriendo. No puedo explicar como lo estoy haciendo - se defendió la razón.
- Eso es lo que ocurre cuando vives bajo la doctrina de una fe.
- ¿Prefieres acaso la insensatez de un instinto?
- Callen de una vez - Gritó agónicamente la razón. Se contrajo a si misma y saltó de época en época acarreando bestias sin control.

Los entes se vieron rápidamente superados en número y comenzaron a huir. Ninguno de los tres sobreviviría mucho tiempo el asedio de las bestias.
Entonces la razón intentó estudiar el movimiento de las bestias y predecirlo como meras partículas deterministas.
Invocó un intervalo atemporal y no obtuvo resultados categóricos. Las bestias se movían con una aleatoriedad que la razón no podía explicar. Este hecho perturbador duplicó el número de bestias.
- Cada pensamiento crea nuevos eventos que escapan mi control. El recinto está cayendo, no podremos sobrevivir por mucho más tiempo.
- Deja de pensar.
- ¿Cómo haces para dejar de pensar?
- Desvías tu atención del pensamiento hacia la acción.
- No comprendo... - dijo la razón, y una explosión interrumpió su conversación. No podían escapar de las bestias, que nacían y morían en un entorno centrado en la razón.

La Fe dio un grito de dolor y cayó inconsciente. La razón abrió los ojos de par en par y pensó en una venganza.Pero el pensamiento solo desató nuevas bestias que clamaban por venganza y se volvió hacia los últimos entes concientes del recinto.
La razón se volvió hacia el instinto, lo tomó de los brazos y le gritó:
- Enséñame a no pensar.
El instinto dudó por un instante, ¿Le enseñaría a la razón tal grandioso poder? Pero no cabía lugar la duda en tal momento de crisis, entonces el instinto invocó un intervalo atemporal y la razón aprendió a no pensar.

La razón se paró firme levantando su brazos mientras sentía un flujo de adrenalina que subía por la espina dorsal. Cerró el puño de la mano derecha y exclamó:
- ¡Ordénense!
Pero el caos no obedeció. Las bestias recularon y, furiosas, retomaron el impredecible movimiento.

- ¡No funciona...! - Gritó el instinto visiblemente aterrorizado - No existe energía suficiente en todo el recinto para doblegar el caos.
La razón calló al instinto de un siseo mientras cerraba los ojos y se llevaba un dedo a la boca.
- Quedate aqui... - dijo imperativamente - Cuida de la Fe...
Abrió súbitamente los ojos y comenzó a caminar.
- ¿A donde vas?
- Hacia adelante...
- ¿Cómo reconoces el adelante con todas las bestias girando a tu alrededor?
- Este es mi adelante - dijo la razón y echó a correr.


El instinto quedó paralizado. Tal vez por obedecer a la razón o tal vez por el miedo, no le importó, pues ahora estaba a salvo. Levantó la cabeza y vio a una razón corriendo en linea recta alejándose cada vez más.
Las bestias, centradas en la razón, la siguieron en su recorrido sin perder la aleatoriedad de su posición. La velocidad de la razón era insginificante en comparación con los saltos de las bestias, pero desde donde estaba el instinto, solo veía una inmensa bola de demonios dirigiendose hacia adelante.
El caos no había sido doblegado, pero ahora fluía en una dirección de modo que cualquiera que se encuentre lo suficientemente lejos, vería un orden.

El instinto sintió que una esperanza le invadía y comenzó a sonreír.

- Hoy es el día en el que la razón se convirtió en un ejecutor.

Una convaleciente Fe se reincorporó mientras y el Instinto se apresuró a contarle lo ocurrido.
La Fe sostuvo una invisible mirada con los ojos cerrados hacia el horizonte recuperando la orientación.
- El Ejecutor está ahora librando la primera de las batallas mas duras de su existencia. La retroalimentación de pensamientos ha colapsado y ella deberá enfrentarlos sola.
El instinto bajó la mirada, y se sintió desorientado. Se volvió hacia la Fe y finalmente dijo:
- Sin una Razón a la cual moldear, nuestra batalla carece de motivo. Propongo una tregua, al menos hasta que el Ejecutor regrese.
- De acuerdo - Contestó la Fe, y por primera vez se estrecharon la mano.

martes, abril 17, 2007

Palomas y Palomares


Ve a decirle a la paloma que no ha sido decisión mía. Dile que desafíe a los números, y tal vez así, algún día, logrará encontrar su palomar.


En un salto atemporal de esa extraña esencia que llamamos mente, regresó a mi conciencia en este particular momento un principio matemático formulado por el gallego Dirichlet (primo hermano del gallego Schroedinger, según dicen).

"Si
n palomas se distribuyen en m palomares, y si n > m, entonces al menos habrá un palomar con más de una paloma" o bien, "Si n palomas se distribuyen en m palomares, y si n > m, entonces al menos habrá una paloma que se quede sin palomar".

Durante años, aprendí a odiar a los matemáticos por sus exhaustivos esfuerzos de demostrar un fenómenos evidente. Pero en un pensamiento que fácilmente podría ser confundido con activismo palomar, me pregunto: ¿A donde diablos van las otras palomas?

Pobrecita paloma sin palomar. Lo más probable es que también merezca su lugar, pero cuando escogió volar, otras n-1 palomas decidieron lo mismo. Y ahora está condenada a seguir volando en un abismo esperando tal vez que, algun dia, aparezca un nuevo palomar.

Supongo que esta temerosa y excitante situación no sería una aventura si hubieran mas palomares que palomas. Que mal uso de los recursos palomos sería. ¿No?

sábado, abril 14, 2007

Los dioses que terminaron la guerra

El siguiente relato está plagado de incoherencias y absurdos que cualquier aficionado a la filosofía podría destruir con tan solo un pestañeo. El mismo pestañeo omnipotente de un creador...


"Entes todopoderosos, hemos vivido en un periodo de barbarie durante los últimos cinco mil años. El mundo ha sufrido cambios irreparables y daños acelerados típicos de un planeta en agonía.
Desde que les dimos el libre albeldrío, las comunidades no han hecho más que progresar en pos de una evolución egoísta y autodestructiva. Se han convertido en el primer ser multicelular que se condena a sí mismo a su propia muerte.
Las regiones del este libran guerras contra las del oeste. Las del sur libran guerras contra las del norte. Una vez ganadas o perdidas (porque al fin y al cabo, en una guerra nadie resulta vencedor), las regiones libran guerras con sus vecinos. Y una vez ganadas o perdidas las regiones libran guerras contra las propias regiones. Desatándo guerras internas que consumen los estados como una estrella que consume su combustible nuclear.
Comienzan a girar en torno a su inminente bucle hasta agotar su reserva de energía. En las regiones pequeñas el terror sembró la muerte, dándole cábida a una momentánea paz, hasta que las grandes regiones las ocuparon, extrayéndoles los remanentes de energía.
Se agruparon, firmaron pactos de sangre y agua. Y luego los derribaron como si hubieran sido forjados en barro y cenizas. Las regiones grandes también libraron sus propias guerras, pero su tamaño superaba un valor crítico que impedía la muerte, explosiones electromagnéticas crearon racimos de otras explosiones electromagnéticas, una reacción en cadena que debilitaba la vida sin poderla aniquilar.
Nos han olvidado, en los últimos mil años han desarrollado su intelecto en una forma ordenada y creciente. Intentando explicar nuestras habilidades. Han cuantizado las tormentas de Thor y modelado los torbellinos de Eolos. Conciente de sus limitaciones físicas construyeron gigantes de hierro Bordaron en los corazones de sus hijos un símbolo de nuestra inexistencia. Olvidan fácilmente lo que sus propios padres hicieron, no los respetan ni a ellos ni a su memoria. Es hora de decir basta! No resistiremos su injusticia ni su inequidad.
Su fisiología imperfecta les confinó a su mundo, lleno de residuos nucleares y alguna que otra reserva de agua. Pero ahora, su instinto de supervivencia los impulsa a salir de la atmósfera que le hemos creado. Pronto estarán en condiciones de albergar un nuevo planeta para colonizar y agotar. No debemos permitir esta atrocidad. Ya hemos perdido a un mundo, no cometamos el mismo error.
Sé que la mayoría de ustedes puede sobrevivir en cualquier atmósfera. Pero también sé que estarán de acuerdo conmigo en que hemos de salvar al mundo y terminar con las guerras. Porque nosotros, aún con la perfección, necesitamos mirar el cielo y las estrellas u oler los azahares en primavera a fin de ser concientes de nuestra propia existencia.
El día de hoy los convoco para renegar del pacto milenario e interactuar con los humanos en su mundo. Debemos poner fin a la guerra."

Un vitoreo sacudió el olimpo, el orador levantó sus brazos y sonrio. Finalmente dijo: "Que así sea". Soltó un grito desgarrador y luego contrajo sus brazos, casi como si intentase cargar energía.

Los oyentes se mostraron reacios al principio, pero uno a uno se fueron sumando al grito desgarrador y el posterior proceso de concentración.

En otro plano dimensional, Las tormentas dominaron los golfos y las costas del pacífico. Los volcanes se detonaron en todas las islas del círculo de fuego. Los humanos, en un vano intento de unirse enviaron sus naves espaciales, pero un gigante de grandes músculos las desglutió.
En todo el mundo crecían los desastres y la población disminuía. Pero aún era demasiado alta para una aniquilación absoluta.

El orador movió los labios y en un idioma de un medio telekinético les dijo a todos. "Es hora".

Todos ellos pestañearon y el mundo se sumergió en tinieblas. La humanidad había desaparecido, y con ella todas las guerras se habían terminado.

Finalmente, tenemos un precioso mundo pata contemplar, vacío y lleno de cuerpos mutilados.

Los dioses aplaudieron y en un tiempo imperceptible se retiraron del olimpo. El orador observó que uno de ellos continuaba fijo en su lugar.
"Hay algo que desees agregar?", preguntó. El interpelado levantó la cabeza y en un tono de melancolía meramente humano contestó:

"Me pregunto que ocurrirá cuando nosotros, los propios dioses, entremos en guerra..."

lunes, abril 09, 2007

Letanía Bene Gesserit

No debo tener miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que lleva a la destrucción total. Afrontaré mi miedo, dejaré que pase sobre mí y a través de mi. Y cuando el miedo haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino y ver que donde antes estaba el miedo no habrá nada. Sólo estaré yo.


Extraído de Dune, de Frank Herbert